Para no morir de IA

Los resultados del informe anual Broadcast Transformation Report de Haivision invitan a la reflexión. El 41% de los encuestados (un 9% más que en 2024) espera adoptar la inteligencia artificial en los próximos 24 meses, mientras que el 64% cree que el gran impacto en la industria llegará en los próximos cinco años. Entre las ventajas que se subrayan, destacan el aumento de la eficacia y la productividad gracias a la automatización, la traducción automática de subtítulos y la creación de contenidos. En resumen, los resultados nos indican que se están intensificando y materializando los análisis que confirman la IA como un elemento estratégico para la producción y la creación de contenidos.

Comprendo y comparto las dudas que eso genera en quienes escriben, piensan y crean contenidos, pero la realidad es que nos enfrentamos a una realidad ineludible. Según McKinsey, se trata de un fenómeno transversal que afecta a más de tres cuartas partes de las empresas de todo el mundo, que ya utilizan la IA en al menos una de sus funciones. Por tanto, la cuestión que hay que plantearse ya no es “si” utilizar la IA o no, sino “cómo” utilizarla, para no “morir de IA”, es decir, no sucumbir a la guerra competitiva que ya se está desencadenando. Entre otras cosas, porque tanto las cadenas como los streamers, que son los componentes industriales del sector de la televisión, están cada vez más estructurados y van camino de hacerlo cada día mejor. Del mismo modo, queriendo o sin querer, los productores y los guionistas de televisión también tendrán que estructurarse. Hablamos de una tecnología cuya adopción no contempla medias tintas, ya que, en el mejor de los casos, no impondrá a los autores y guionistas “qué” escribir, sino “cómo” escribir. Es decir, la IA está destinada a incidir, sobre todo, en su forma de trabajar.

No se trata de una moda tecnológica, sino de un nuevo paradigma. Cuanto antes nos demos cuenta, mejor. En lugar de vernos obligados a cambiar de trabajo para ir detrás de la IA, debemos cambiar nuestra forma de trabajar para aprovechar al máximo sus efectos positivos. Y esto requerirá el uso de nuestra intuición e inteligencia, cualidades exclusivamente humanas.

© REPRODUCCIÓN CONFIDENCIAL