Al filo de la noticia

Los informativos son la columna vertebral de la televisión generalista y los que marcan fuertemente su posicionamiento y carácter. Este año se han producido algunos cambios en la parrilla, en los rostros más populares y en cómo se cuenta la información. Todos hemos visto la pieza en la que Carlos Franganillo se adentra en el Despacho Oval, recorre los escenarios de la guerra de Ucrania, Gaza y termina en China, todo gracias a la Realidad Aumentada y a la Realidad Extendida. No me negarán que las transiciones son absolutamente maravillosas. Unas horas después, la DANA golpeaba con fuerza en Valencia y las necesidades informativas daban un giro de 180º. Para aquellos que nos mantuvimos despiertos la noche de la catástrofe, Twitter, YouTube y la radio fueron las fuentes principales de obtención de información. Los afectados pedían ayuda allí mismo en tiempo real e Iker Jiménez ya estableció un primer directo desde su casa ordenando la información. Al día siguiente ya estaba emitiendo crónica por YouTube, Facebook y Twitter para un público que no estaba en televisión. El 31 emitió en su programa de Cuatro desde la Zona 0. No hay duda de que ha arrastrado a mucha gente desde las redes. Me parece interesante reflexionar sobre cómo se escribe la actualidad en los medios audiovisuales. La tragedia ha puesto de manifiesto no solo el alcance de la devastación, sino también cómo la información en tiempos de crisis se transforma y se adapta a la velocidad de la luz. Porque durante las horas críticas y los días posteriores, la atención de todos estuvo enfocada en los reportes en tiempo real, tanto en los canales de televisión como en las plataformas digitales. Periodistas y ciudadanos se convirtieron en corresponsales improvisados, utilizando antenas portátiles y redes 5G para transmitir en directo desde la zona cero. Esta capacidad de adaptación resaltó la importancia del periodismo colaborativo, donde cada persona con un smartphone es potencialmente un reportero, subiendo vídeos a redes como Twitter o YouTube y contribuyendo a un flujo de información constante. Sin embargo, también trajo la atención sobre posibles bulos, entendiendo que aquello que se transmite sin filtro y sin contrastar no puede ser considerado información. Lo cierto es que intuimos que este 24/7 vertiginoso cambia para siempre la manera en que se cuenta la actualidad. Ahora la información es verdaderamente crossmedia. Las televisiones tradicionales y las plataformas digitales se entrelazan, permitiendo múltiples focos de atención. Lo que empieza como una noticia en un canal de televisión se expande a TikTok o Instagram, donde los usuarios más jóvenes pueden seguir actualizaciones en formato de píldoras informativas. Esta convergencia mediática es, sin duda, una herramienta poderosa. No la desaprovechemos y así no cederemos tampoco espacio a la posverdad.

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