El largo y cálido verano

Septiembre llega tras un verano en el que, más allá de las promociones y las campañas, lo que realmente se ha movido son las piezas del tablero. Mientras la televisión lineal reducía emisiones originales y el consumo se dispersaba, las plataformas de streaming han aprovechado el calor para tomar posiciones. Ya no se trata solo de captar suscriptores: ahora el objetivo es convertirse en imprescindibles, ocupar el centro de la experiencia audiovisual. Según información de Barlovento, el usuario medio español tiene acceso a 5,9 plataformas. Es un dato que habla no solo de variedad, sino de saturación. Y en un mercado así, no gana quien ofrece más, sino quien consigue integrar mejor. Por eso Netflix ha comenzado a cerrar acuerdos con canales tradicionales como TF1, en un movimiento que recuerda a lo que las Telco hicieron años atrás: agregar, empaquetar, dominar la interfaz. Ser puerta de entrada. Mientras, Disney+ ha lanzado este verano una de sus ofertas promocionales más agresivas en Europa y, en Estados Unidos, ha estrenado Perks, su primer programa de beneficios cruzados. SkyShowtime también ha reducido precios y ampliado catálogo.

A la par, la televisión gratuita — Atresmedia, Mediaset, RTVE, las autonómicas— sigue siendo, en términos absolutos, la más vista. Porque aunque el consumo fragmentado defina el presente, la televisión tradicional conserva aún su capacidad de convocatoria, especialmente en momentos compartidos. Lo que deja este verano no son solo cifras, sino una estrategia. Las plataformas han afinado su modelo, han reforzado su visibilidad y, sobre todo, han comenzado a ocupar ese espacio que hasta hace poco solo pertenecía a los operadores: el de ser indispensables. La batalla por el catálogo ha dado paso a otra más profunda: la de ser la capa desde la que se organiza todo lo demás. Y eso, como siempre, se juega en silencio, mientras parece que no pasa nada. Feliz rentrée.

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