El arma secreta de las plataformas de streaming

El true crime ha emergido como uno de los pilares fundamentales en la programación de las plataformas. Más allá de ser un fenómeno de moda, estas historias reales de crímenes han demostrado su capacidad para captar audiencias globales, fomentar debates sociales y, sobre todo, consolidar la posición de los servicios de streaming en mercados altamente competitivos.

El true crime ocupa un papel crucial en las estrategias de las plataformas gracias a su capacidad para atraer y retener audiencias, ser un formato económico y diversificar la oferta de contenido. Además, genera un alto nivel de engagement y conversación social, fortaleciendo la conexión con la audiencia y aumentando la visibilidad de las plataformas», comenta Carmen Yeguas Momó, responsable de comunicación digital y marketing de GECA.

Documentales y docuseries de este género, aunque muy bien presentadas, suelen requerir menos recursos que producciones de ficción, pero su potencial de audiencia es comparable al de las grandes producciones. Además, los catálogos se benefician de la inclusión de estas historias, ya que aportan diversidad y mantienen el interés del público en períodos entre grandes estrenos de ficción. «El true crime más demandado actualmente es aquel que explora sucesos concretos y aislados, como asesinatos, secuestros, desapariciones, atentados, accidentes y casos de estafas. También destacan las producciones que abordan casos genéricos, con cada emisión centrada en un caso diferente, y las que profundizan en la vida de un criminal particular», comenta Yeguas Momó.

Un crecimiento constante en el número de docuseries de true crime en televisión lineal y plataforma

El auge del true crime no es casualidad, sino el resultado de una estrategia cuidadosamente diseñada para captar y retener audiencias globales. En los últimos años, se ha configurado como uno de los pilares más rentables y relevantes del entretenimiento digital. Pero ¿qué hace que el true crime sea tan efectivo dentro del ecosistema de plataformas como Netflix, HBO o Movistar Plus+? Su importancia trasciende lo puramente comercial, con figurándose como un reflejo del interés colectivo por explorar los límites entre la moralidad, la justicia y la psicología humana.

El éxito del true crime radica en su capacidad para despertar una curiosidad universal: el deseo de entender el comportamiento humano más extremo. A nivel global, las plataformas han reconocido que estos contenidos no solo entretienen, sino que generan una conexión emocional e intelectual con los espectadores. Y además funcionan muy bien tanto en formato docuserie como en miniserie o serie de ficción. Ejemplos como Making a Murderer (Netflix) y The Jinx (MAX) se han convertido en fenómenos culturales, impulsando el crecimiento de sus plataformas gracias al impacto mediático y al boca a boca.

En el caso de Netflix, títulos recientes como Dahmer o El caso Menéndez han elevado la conversación pública sobre la representación mediática de los criminales y las víctimas. Estas series no solo atraen a audiencias masivas, sino que también consiguen que el espectador se comprometa emocionalmente, lo que incrementa las tasas de fidelización y refuerza la percepción de que estas plataformas ofrecen contenido único y de alta calidad. El true crime también ha demostrado ser un género maleable, capaz de adaptarse a las sensibilidades y preferencias de distintos mercados. En Estados Unidos, el público muestra un interés sostenido por historias locales, aunque pensadas para mercados globales, como The Staircase (Max) o Escena del crimen: Desaparición en el Hotel Cecil (Netflix), que no solo documentan los casos, sino que exploran las fallas del sistema judicial. Este enfoque ha resonado en una sociedad marcada por un debate constante sobre la justicia y el racismo sistémico.

El auge del género ha motivado la creación de servicios especializados, como Real Crime de AMC Networks International Southern Europe en Prime Video

En Europa, por otro lado, las producciones de true crime suelen adoptar un tono más introspectivo y crítico. En España, títulos como El caso Alcàsser (Netflix) han destacado no solo por su análisis del crimen, sino también por su reflexión sobre el impacto del sensacionalismo mediático. Asimismo, en países nórdicos como Suecia y Noruega, las series combinan una narrativa sobria con una estética minimalista, en línea con el tradicional interés de la región por los dramas psicológicos. Aunque el éxito de un título depende de muchos factores, ciertos patrones destacan. Los casos de crímenes no resueltos o con elementos controvertidos tienden a generar más interés. Por otro lado, producciones de ficción que combinan el true crime con un enfoque histórico, como Mindhunter (Netflix) han conseguido 2024 captar la atención de audiencias más especializadas. Aquí, el atractivo radica en comprender no solo el crimen en sí, sino el contexto social y cultural en el que se desarrolla.

Durante una mesa redonda celebrada en la pasada edición del Festival de San Sebastián, guras clave de la industria reflexionaron sobre el impacto de este género en las plataformas de streaming. Para Susana Herreras, gerente de series de producción original en Movistar Plus+, su éxito radica en su capacidad para conectar con el público de manera inmediata. «Las historias reales tienen una fuerza que la ficción pura no siempre alcanza. Los espectadores sienten que están explorando algo auténtico, algo que realmente sucedió. Eso genera una conexión emocional muy potente y es un gran diferencial en la oferta de las plataformas», explicó. Herreras señaló que las plataformas han aprendido a utilizar el true crime no solo como contenido atractivo, sino como una herramienta para consolidar su imagen de marca. «Netflix, por ejemplo, ha convertido este género en un sello distintivo».

Elías León Siminiani, que ha escrito, coproducido y dirigido docuseries de éxito como El caso Asunta (2017), El caso Alcásser (2019) u 800 metros (2022), destacó cómo el true crime encaja perfectamente con el modelo de consumo de las plataformas. «Estos productos son altamente adictivos. Cada episodio deja al espectador con preguntas, con ganas de saber más, y eso encaja a la perfección con el formato de binge-watching. Una vez que empiezas, no puedes parar». Según Siminiani, el éxito de estas series no solo está en la narrativa, sino en la forma en que están estructuradas para mantener la atención del público durante horas. Un público diverso que, según Yeguas Momó, «es mayoritariamente femenino, con un 80% de seguidoras, debido a su enfoque en víctimas, especialmente mujeres, lo que genera empatía y conexión emocional. Este género es percibido como una forma de empoderamiento al ofrecer herramientas para comprender crímenes y sistemas de justicia, mientras aborda temas de injusticia y lucha por la verdad».

Inspirada en hechos reales, la serie ‘Creedme’ versa sobre la investigación de unos ataques similares a una violación ocurrida unos años antes y tomada por falsa

Otro factor clave es la relevancia social que las plataformas logran al abordar temas controvertidos a través del true crime. Laura Sarmiento, guionista de El cuerpo en llamas, destacó cómo este género les permite entrar en el debate público. «Cuando una plataforma lanza una serie basada en un caso real, no solo está contando una historia, está abriendo una conversación sobre temas como la justicia, la desigualdad o el papel de los medios. Y eso no solo genera visualizaciones, también genera relevancia». El auge de este tipo de contenidos también plantea preguntas sobre los límites del entretenimiento. Familias de víctimas han expresado su preocupación por la manera en que estas producciones pueden revictimizar a sus seres queridos. En el caso de Monstruo: La historia de Jeffrey Dahmer (Netflix) por ejemplo, algunos familiares criticaron a la plataforma por no haberles informado previamente sobre el contenido, señalando que las dramatizaciones pueden abrir heridas emocionales y perpetuar un ciclo de explotación mediática.

‘Making a Murderer’, serie de Netflix que revolucionó el género por combinar profundidad narrativa con crítica social

La capacidad del true crime para resonar a nivel internacional también lo convierte en una apuesta estratégica para las plataformas de streaming, que buscan contenido universal que cruce fronteras. Herreras lo explicó de esta manera: «Las plataformas necesitan historias que funcionen igual de bien en España, Estados Unidos o Japón. Los crímenes reales tienen ese componente universal: todos queremos entender qué llevó a alguien a cometer un acto terrible y cómo respondió la sociedad. Es una curiosidad humana que trasciende culturas».

Sin embargo, este impacto global plantea desafíos, especialmente en lo que respecta a la ética y la representación. Sarmiento señaló que, aunque estas producciones son herramientas poderosas para atraer público, las plataformas deben manejar con cuidado la línea entre informar y explotar: «El true crime no puede ser solo espectáculo. Hay víctimas reales detrás de estas historias, y es importante respetarlas. Las plataformas tienen una responsabilidad al decidir cómo contar estos casos».

Estos desafíos éticos no han pasado desapercibidos para las plataformas. Algunas han empezado a incluir elementos educativos en sus producciones, como entrevistas con expertos en justicia criminal, para aportar una dimensión más reflexiva y menos sensacionalista.

‘El cuerpo en llamas’, otra serie de Netflix que revolucionó el género por ser un caso local muy sonado

Además del impacto emocional y social, el true crime también es una inversión inteligente desde una perspectiva económica. Siminiani explicó cómo estas series suelen ser más económicas de producir que la ficción tradicional, pero generan un impacto igual o incluso mayor. «Una docuserie no necesita grandes efectos especiales ni elencos estelares. Lo que necesita es una historia fuerte y un enfoque narrativo sólido. Eso es suficiente para atrapar al espectador y, en muchos casos, para convertir la serie en un fenómeno viral».

«En los últimos años, el true crime ha diversificado su presentación, equilibrando el formato de docuseries, que ofrece autenticidad y un análisis detallado, con producciones de ficción que permiten mayor libertad creativa y enriquecen la narrativa. Este equilibrio atrae a una audiencia más amplia y responde a expectativas diversas», comenta Yeguas Momó.

‘El caso Asunta’ (Netflix)

El true crime en formato ficción es una tendencia creciente en el panorama del streaming. Suelen ser ficciones con un gran presupuesto que tienen detrás un potente equipo. El caso Menéndez es un ejemplo perfecto de cómo el true crime se ha integrado en la estrategia de las plataformas. Netflix no solo contó la historia de los hermanos acusados de asesinar a sus padres, sino que lo hizo desde una perspectiva que generó controversia y discusión en redes sociales, amplificando su alcance. Herreras comentó al respecto: «Las plataformas entienden que el éxito no termina cuando alguien termina de ver la serie. El éxito es cuando esa persona sigue hablando de la serie, compartiendo teorías y recomendándola. Y eso es algo que el true crime hace de manera excepcional». En un mercado saturado de contenido, el true crime se ha convertido en una apuesta segura para las plataformas. Ofrece historias impactantes, resuena con una audiencia global y, lo más importante, crea conversación. Según Siminiani, «estas series no solo entretienen; posicionan a las plataformas como espacios relevantes donde se discuten temas que importan. Y en una era donde la atención del público es el recurso más valioso, eso lo es todo».

El auge del género ha motivado también la creación de servicios especializados como Real Crime en Prime Video. Además, lanzado originalmente en 2011 bajo el nombre Crimen + Investigación y rebautizado como AMC Crime en 2022, AMC opera en televisión de pago esta oferta temática, especializada en docuseries que exploran casos criminales reales, investigaciones policiales y per les de criminales notorios. Para Sergio Ramos, vicepresidente de programación de los canales de documentales y factual de AMCNISE, «Real Crime se consolida como el primer servicio SVOD en España dedicado 100% al true crime, diseñado estratégicamente para satisfacer las necesidades de un público específico sin canibalizar nuestras otras plataformas. Esto demuestra nuestra capacidad de adaptarnos a los hábitos de consumo actuales».

Los datos de Teleformat muestran una notable disparidad en la producción de docuseries de true crime en 2024, destacando la posición dominante de EE.UU.

Su futuro dentro de las plataformas parece prometedor. «El género ha pasado de prácticamente inexistente hace 20 años a uno de los más consumidos en la actualidad, lo que refleja el gran apetito del público por este tipo de contenidos», continúa Ramos. Sin embargo, como comenta Yeguas Momó, «pese a que aún conserva una base el de seguidores, su crecimiento ha sido moderado en el último año. Seguirá siendo relevante, pero las plataformas serán más selectivas y creativas en sus nuevas propuestas».

Prueba del interés que han despertado este contenido entre los espectadores, muchas plataformas FAST (señales de televisión gratuitas) han lanzado sus propios canales, como Sangre Fría (Runtime), Todo Crimen (Rakuten TV) o Crimen & Historia (Love TV Channels).

© REPRODUCCIÓN CONFIDENCIAL