Joseph Oughourlian, máximo accionista de Grupo Prisa, ha conseguido paralizar los planes de los accionistas afines al Gobierno para optar a la licitación de una nueva licencia de televisión que lanzará el Gobierno: «Tras analizar el referido proyecto, el Consejo de Administración ha decidido que Prisa no opte a la nueva licencia de televisión, centrando todos sus esfuerzos en las líneas de negocio que actualmente desarrolla PRISA Media, tanto en prensa como en radio», señalaba la compañía a través de un comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores.
Por lo tanto, este ambicioso plan por el momento tendrá que esperar: «El Consejo de Administración ha acordado asimismo que el Grupo continúe focalizado en reducir la deuda y reforzar su posición de liquidez, en línea con los esfuerzos realizados en los últimos años», concluía el comunicado.
Carlos Núñez, presidente ejecutivo de Prisa Media, fue el encargado de impulsar este plan hace diez días, cuando en entrevista en El País (perteneciente a Grupo Prisa) anunció que el proyecto televisivo contaba con el respaldo financiero de los accionistas españoles del grupo. La entidad que mayor apoyo brindaría es Global Alconaba, cuyo administrador es Andrés Varela Entrecanales y cuenta con un 7% de las acciones, secundado por los empresarios Adolfo Utor, con el 5,4%, y Diego Prieto, que cuenta con el 3,12%.
El propio Núñez defendió este proyecto, definido como un «paso natural» para la empresa, argumentando que cumpliría con la línea roja de cuidar los recursos económicos del grupo, ya que la televisión se lanzaría con apoyo económico externo de los accionistas enrolados en el proceso.
Esta iniciativa había nacido después de que Óscar López fuera nombrado nuevo Ministro de Transformación Digital, momento en el que el Gobierno inició una fase técnica con la que haría hueco en la parrilla para este nuevo canal, cuya licitación se esperaba a partir del próximo verano, cuando llegaría una nueva cadena a la parrilla de la TDT. Sin embargo, los costes millonarios del proyecto y el incierto retorno que están teniendo este tipo de apuestas, que tienen en contra el consumo cada vez menor de televisión lineal, no han terminado de convencer a los integrantes del máximo órgano de gobierno de Prisa.
Así, una vez finalizado el asunto, Prisa pasará a enfocarse en su negocio de medios en prensa y radio. Además, tendrá que elaborar un nuevo plan estratégico que cubra desde 2025 a 2028 y que se presentará en un día del inversor convocado a tal efecto por la compañía.
Por otro lado, Grupo Prisa también aprovechó para presentar sus resultados del pasado 2024, año que cerró con 750 millones de euros de deuda, 82 millones de euros menos tras la inyección de 100 millones de euros de los accionistas y unas pérdidas de 11,6 millones de euros, tres veces menos que el año anterior, lastrada por el pago de 81 millones de euros en intereses.
Los ingresos del grupo fueron de 920 millones de euros, un 3%, debido a la caída de un 9% de los ingresos de Santillana, lastrada tanto por los tipos de cambio, como por el menor negocio en Brasil, uno de sus principales mercados.
En cuanto a su negocio de medios, este incrementó un 3% hasta alcanzar los 443 millones de euros, mejorando sus márgenes gracias a un menor crecimiento de los gastos, pese al incremento de sueldo pactado con la plantilla en España, y la aportación de los negocios de vídeo y audio de la empresa.
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