La otra guerra: el streaming vs. la televisión lineal

El pasado 7 de enero, Disney Channel, un canal icónico para varias generaciones, cesó sus emisiones en España. Su desaparición en abierto a través de la TDT refleja una tendencia que comenzó en Estados Unidos: el streaming ha desplazado a la televisión lineal como prioridad de los grandes grupos de comunicación.

A esto se suma la eliminación reciente de los 14 canales de AMC Networks International Southern Europe en Movistar Plus+, una señal inequívoca de que el modelo tradicional está en crisis. “¿Es este el futuro de los canales de pago en nuestro país? ¿Tienen todavía sentido?”, se pregunta Manuel Balsera, experto en el ámbito audiovisual y asesor en el sector TMT.

La televisión lineal en Estados Unidos, en especial la de pago, atraviesa un punto de inflexión histórico. La que durante décadas fue la piedra angular del entretenimiento audiovisual se enfrenta ahora a una crisis estructural que amenaza con redefinir su lugar en el mercado. La pérdida constante de espectadores, el ascenso imparable de las plataformas de streaming y un cambio generacional en los hábitos de consumo han puesto a los canales por cable en una posición delicada, con un modelo de negocio que parece agotado.

Disney Channel desapareció de la TDT por su elevado coste. Sin embargo, la empresa mantiene su apuesta por el pago con Disney Junior

“El canal ha sido el eje en la construcción de la industria, pero debe cambiar hacia un concepto más holístico donde el canal sea solo una parte de algo más amplio y complejo”, explica Balsera. Esta situación, que ya afecta al mercado estadounidense con una constante pérdida de abonados, podría ser un preludio de lo que ocurrirá en Europa en los próximos años si las cadenas no encuentran la fórmula para reinventarse.

El pasado mes de noviembre, el informe The Gauge de Nielsen destacó un leve repunte en las audiencias televisivas, impulsado principalmente por retransmisiones deportivas y la cobertura de las elecciones presidenciales. La televisión en abierto registró un aumento del 3% y representó el 23,7% del tiempo total dedicado a la televisión. A pesar de estos datos positivos, este informe desvela que la situación no deja de ser alarmante. El público más joven, que es clave para garantizar el futuro de la industria, apenas consume televisión lineal, mientras que los espectadores más eles tienen una edad media superior a los 60 años. Para conseguir atraer a los espectadores más jóvenes al lineal, “apostar por el directo es crítico, y también por la integración con el mundo de las redes sociales y la creación o transformación de temáticas y formatos nuevos adaptados al segmento y no cubiertos en la actualidad en el ámbito lineal”, comenta Balsera. En el otro extremo, el streaming continúa ganando terreno y en noviembre alcanzó una cuota récord del 41,6%, con plataformas como Netflix, Prime Video y YouTube liderando el mercado.

BBC Drama está disponible en Movistar Plus+

Este fenómeno es una consecuencia directa de los nuevos hábitos de consumo. El espectador actual busca inmediatez, personalización y flexibilidad, características que la televisión lineal, con su rigidez de horarios y parrillas fijas, no puede ofrecer. La inercia del cambio es evidente. Warner Bros. Discovery, uno de los gigantes del entretenimiento, ha anunciado recientemente la separación de sus negocios lineales del resto de sus operaciones de streaming y cine, en un intento por salvaguardar sus activos y adaptarse al panorama actual. David Zaslav, CEO de la compañía, destacó que esta nueva estructura permitirá “maximizar la rentabilidad de las redes tradicionales mientras se impulsa el crecimiento de los negocios digitales”. Sin embargo, este movimiento no resuelve el problema de fondo: la televisión lineal, tal y como la conocemos, está perdiendo su relevancia cultural y económica.

‘Shogun’, serie que se estrenó de forma simultánea en televisión de pago y en streaming

La miopía de la industria es parte del problema. Durante años, las cadenas de cable y los grandes operadores asumieron que su modelo era inquebrantable y que las señales de cambio eran temporales. Sin embargo, los síntomas estaban ahí. La llegada de plataformas como Netflix o Prime Video, que permitieron a los usuarios acceder a contenidos a la carta, marcó el inicio de una transformación imparable. La televisión de pago, que en su día supuso una revolución, ahora sufre las consecuencias de no haber sabido anticiparse a las disrupciones tecnológicas.

Se produce nueva ficción para el abierto y también para el streaming, pero muy poca destinada a la televisión de pago. A pesar de todo, aún hay casos de éxito que muestran que la televisión lineal puede tener futuro si se adapta. FX, bajo la dirección de John Landgraf, es un claro ejemplo de cómo reinventar un modelo tradicional. Series como Shogun, una producción global lanzada con el apoyo de Disney, han demostrado que la clave está en combinar calidad, riesgo y distribución inteligente. La cadena, que ha mantenido su filosofía de “hacer menos, pero mejor”, ha logrado posicionarse como un referente en un mercado saturado de contenidos. La serie, que requirió una inversión de 200 millones de dólares, no solo fue un éxito en EE.UU., sino que también tuvo un impacto significativo en mercados internacionales gracias a su distribución a través de Disney+ y Hulu. “No se puede hacer una serie como Shogun sin una audiencia global que amortice los costes”, reconocía Landgraf en declaraciones a Variety, quien ve en esta apuesta un modelo viable para el futuro. El caso de FX también pone en evidencia que las grandes historias siguen siendo el motor del entretenimiento.

Mientras tanto, el modelo FAST (Free Ad-Supported Streaming Television), que ofrece canales gratuitos financiados por publicidad, ha surgido como una alternativa para las marcas lineales en apuros. “El modelo FAST es, en esencia, lineal de siempre, pero con contenidos que no aportan tanto como el abierto o el pago. No creo que sea una solución definitiva”, opina Balsera, que además duda de su rentabilidad en mercados más reducidos, como el español. Pero lo cierto es que servicios como The Roku Channel o Pluto TV sí han demostrado su potencial en mercados con alta densidad demográfica, pero difícilmente pueden igualar los ingresos que generaban los antiguos canales de pago.

El desafío es evidente: la televisión lineal necesita transformarse para sobrevivir. Balsera confirma que no hay una fórmula mágica, pero Balsera apunta alto: “la reducción del volumen de producción, volver a explotar los inventarios, reinvención del modelo de relación con los distintos segmentos de consumidores, apuesta por la tecnología y en concreto por las capacidades existentes en los sistemas de inteligencia artificial, reinvención del concepto de parrilla serían algunos elementos por los que empezar”.

La rentabilidad de los canales FAST aún está en duda en países como el nuestro, donde hay una gran oferta de televisión en abierto

Las cadenas deben abandonar modelos obsoletos y explorar nuevas formas de distribución, monetización y contenido. La clave podría estar en una integración más eficiente entre la televisión tradicional y las plataformas digitales, combinando la fuerza del streaming con una programación lineal que siga aportando valor a segmentos específicos del público. En ese sentido, los canales de pago más especializados, como los dedicados a la gastronomía o a al hogar, por ejemplo, tendrás más posibilidades de sobrevivir que aquellos denominados “de primera generación”, que se dedican a ofrecer cine o series de reestreno.

Lo que está ocurriendo en Estados Unidos no es un fenómeno aislado. Las tendencias globales apuntan a un declive similar en otros mercados, incluida Europa. La ventaja de plataformas como Movistar Plus+ ha residido precisamente en esa combinación: la inmediatez y curación de contenidos que ofrecen los canales temáticos, junto con la libertad del streaming, que permite al usuario elegir qué ver y cuándo verlo. En este contexto, la salida de AMC de la oferta no solo priva a los abonados de un catálogo amplio y variado de contenidos, sino que también erosiona la propuesta de valor integral de la plataforma.

Otras plataformas como MAX, por el contrario, ha visto claramente el valor de la televisión lineal. De hecho, Warner Bros. Discovery está probando un conjunto de canales en directo (los que tiene en las redes de cable americanas), disponibles para un grupo pequeño de suscriptores sin publicidad en Estados Unidos. La empresa planea experimentar con canales curados o temáticos en el futuro, y hasta considera crear algunos personalizados según las preferencias de los usuarios.

En EE.UU. MAX ha decidido incorporar las señales lineales de pago que ofrece en las redes de cable. En España cuentan con CNN y las dos señales deportivas de Eurosport

Siempre existirán canales en abierto y se producirá contenido para los mismos, pero la televisión de pago, tanto en España como en Estados Unidos tiene que espabilarse: la apuesta por contenidos exclusivos o con una primera ventana (ya no es suficiente con estrenar algunos contenidos tras su paso por el streaming), apostar por poner en valor del directo o por contenidos que, hasta ahora, eran exclusivos del abierto como los informativos, los deportes y los programas de entretenimiento y por último apostar por la máxima especialización son estrategias a tener muy en cuenta. Todos estos factores, más su incorporación a plataformas de streaming si es posible, puede jugar en su favor.

Lo que está en juego no es solo el futuro de una industria, sino también la forma en que consumimos historias y construimos nuestra cultura audiovisual. La televisión lineal aún puede ser relevante, pero el tiempo para actuar se agota.

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