A la hora de vender internacionalmente una serie, se puede optar por la lata, que es la ficción tal cual, o el formato, que permite al comprador desarrollar su propia versión. En los programas unscripted, que incluyen desde espacios de entretenimiento a reality shows, la venta del formato es lo más habitual; para una cadena de televisión es más atractivo emitir su propio Gran Hermano, con presentadores y concursantes nacionales, que tener el original holandés tal cual, sin adaptar al gusto y la idiosincrasia de sus espectadores. Y, en ese aspecto, la industria española es una de las más activas del mundo. Los titulares se los suelen llevar las series gracias a los grandes éxitos de La casa de papel o Pulseras rojas, pero los programas creados en España han solido tener, también, una salida al mercado internacional digna de mención. Es un aspecto que está experimentando un notable crecimiento en los últimos años. En 2023, y según The Wit Guide to Scripted Formats y su presentación anual en MIPTV, se produjeron más de 1.700 adaptaciones de formatos en general, lo que representaba un 17% más que el año anterior, y mientras la tendencia en el sector es a la baja (con la excepción de Netflix y su promesa de gastar 18.000 millones de dólares en contenido en 2025), el mercado del unscripted continúa mostrando una gran fortaleza. A ello tal vez contribuya que la incertidumbre que vive el audiovisual lleve a recurrir a títulos ya probados en otros países: en 2024, el formato más versionado fue el británico The Traitors, un reality show de competición en el que los participantes tienen que averiguar quiénes entre ellos se están dedicando a sabotear su concurso.
En esas circunstancias, España disfruta en los últimos años de la posición que le han dado sus series de éxito global, que a su vez generan interés en los formatos de entretenimiento del país, que sin embargo han sufrido un ligero retroceso en la última década: en 2014, y de acuerdo también a The Wit Guide to Scripted Series, España era uno de los cinco países que exportaba más formatos. En la temporada 2023/24, un estudio de Pact, la organización británica que apoya a las compañías independientes del país situaba a España entre los veinte principales exportadores de formatos en cuanto a beneficios obtenidos, pero en el puesto 8, con una caída del 15% con respecto al año anterior y unos ingresos de unos 40 millones de euros.
COMEDIAS Y CONCURSOS
¿Cuáles son los principales formatos españoles que encuentran compradores en otros países? Para empezar, hay que mencionar Un, dos, tres… responda otra vez, el clásico concurso creado por Chicho Ibáñez Serrador para TVE en 1972, que fue el primer programa exportado fuera de nuestras fronteras. Entre 1978 y 1994 tuvo versiones en Reino Unido, Países Bajos, Portugal, Alemania y Bélgica, y algunas de ellas fueron tan longevas como el programa original. En la ITV británica se emitió ininterrumpidamente entre 1978 y 1988 y en Portugal tuvo hasta cuatro etapas diferentes entre 1984 y 2004. Su éxito fue un aperitivo de la actividad exportadora de la televisión española a partir de la década de los 90, cuando sus modos de producción se fueron industrializando más. Y las primeras beneficiadas fueron las series y, mayoritariamente, las comedias.
Médico de familia, por ejemplo, fue un caso temprano de ese éxito internacional de la ficción española con emisiones en una veintena de países europeos y latinoamericanos y dos versiones en Portugal e Italia. La segunda, de hecho, estuvo en emisión en RAI entre 1998 y 2016. Otras dos series que generaron mucho interés en cuanto al potencial de adaptación del formato a los países donde se emitían fueron Cuéntame cómo pasó (con remakes en Portugal, Italia, Chile y Argentina) y Los misterios de Laura, que probablemente es una de las ficciones nacionales más adaptadas. Además de la versión estrenada en Estados Unidos en 2014, Laura Lebrel ha tenido homólogas en Italia, Países Bajos y Rusia. No obstante, uno de los formatos que demostró ser más exportable fue el de Aquí no hay quien viva. Las desventuras de los vecinos de Desengaño, 13 tuvieron contrapartidas en Argentina, Francia, Chile, Colombia, Portugal, Grecia y México, donde la serie aún sigue en emisión desde su estreno en 2005, con el título de Vecinos.
Estos ejemplos muestran lo bien que suelen viajar las comedias y cuáles son sus principales mercados: Europa y Latinoamérica. Estados Unidos se ha resistido, tradicionalmente, a adaptar series españolas, aunque la casualidad quiso que, en 2014, coincidieran en emisión remakes de Los misterios de Laura y de Pulseras rojas, una de las ficciones nacionales más exitosas de la última década, con versiones en Argentina, Italia, Chile, Perú, Eslovaquia y Alemania. La historia de los niños, enfermos de cáncer, ingresados en un hospital tenía el equilibrio justo entre emoción y humor para que su versión original en TV3 ya fuera una de sus producciones con mayor proyección internacional. A esas dos se les uniría, en 2019, un remake de Grand Hotel que aparcaba la adaptación de época por una más contemporánea.
El tirón internacional de la ficción ha servido, como comentábamos, para generar curiosidad por los formatos de entretenimiento, aunque en ese aspecto se esté lejos aún de los países que exportan más programas, como Reino Unido, Estados Unidos o Países Bajos, que eran los tres principales orígenes de donde provenían los programas puestos en marcha en televisión entre julio de 2023 y julio de 2024, según el estudio de Pact. Sin embargo, la de manda de los contenidos españoles está entre las más elevadas, en parte gracias a la buena marcha de las series en plataformas de streaming como Netflix o Prime Video. Y también gracias a que la producción en nuestro país de esas compañías ha sido inversamente proporcional a la tendencia a la baja del resto de Europa; de acuerdo con datos presentados en Content Americas por Ampere Analytics, las órdenes de ficción original en el streaming español pasaron de 43 en 2023 a 75 en 2024. José Antonio Salso, jefe de adquisiciones y ventas internacionales de Atresmedia, apuntaba que «la creciente presencia de contenido español en el plataformas globales de SVOD y a través de todo tipo de ventanas es un claro indicio de que la demanda por historias españolas es más fuerte que nunca».
En ese sentido, la presentación que Audiovisual from Spain realizó en el MIPCOM de Cannes de 2024 sobre el posicionamiento global de la ficción nacional, con datos de Parrot Analytics, reflejaba un aumento del 22% en la disponibilidad de títulos españoles en streaming entre 2021 y 2023, con importantes crecimientos en la demanda de estos contenidos a lo largo de 2024, y que iban desde el 40% en Norteamérica al 175% en Oceanía. En los últimos cuatro años, además, los ingresos obtenidos por estas series en plataformas habían ascendido a un total de 5.100 millones de dólares, situando a España solo por detrás de Japón, Corea del Sur e India en cuanto a ficción en habla no inglesa. Los títulos más populares eran La casa de papel y su spin-off, Berlín, Élite, Reina Roja y Tierra de mujeres.
DE ‘EL PUENTE’ A ‘EL HORMIGUERO’
¿Cómo se traslada eso al unscripted? Hay tres formatos que han demostrado ser del gusto de los compradores internacionales porque aportan cierta originalidad a géneros muy consolidados en la televisión, como el entretenimiento más familiar, el reality show de competición y el concurso musical. El más original, probablemente, sea El puente, programa emitido por el extinto #0 de Movistar+ Plus en 2017 y en el que varias personas tenían que colaborar para construir un puente que las llevara hasta el premio final. En 2023, el formato de Zeppelin llevaba once versiones internacionales, incluidas las de Australia, Reino Unido, Brasil, Escandinavia, Sudáfrica y Hungría. Son muchas, pero aún se quedan lejos de las 44 de Tu cara me suena, el talent show de Gestmusic para Antena 3 en el que diferentes famosos se caracterizan de cantantes conocidos y los imitan en sus actuaciones. Entre esas 44 adaptaciones figuran una en China y otra en Estados Unidos que, sin embargo, duró poco.
Y luego está el caso de El hormiguero, que produce 7 y Acción también para Antena 3, y que vendió los derechos de adaptación para una decena de países, aun que solo terminaron materializándose las versiones de Portugal, Chile, México y Brasil. Cada formato es diferente a la hora de llamar la atención de los compradores internacionales y, en este caso, Gonzalo Sagardia, director del departamento internacional de la productora a mediados de los 2010, explicaba que El hormiguero tenía varias características que picaban el interés de otros países, además de su longevidad en antena: por un lado, que ofrece entretenimiento para toda la familia, que siempre cuenta con un invitado famoso y que dispone de una amplia biblia de la estructura y los contenidos del programa que resulta muy útil para afrontar la adaptación en otro territorio.
Ese lado de programa familiar ha ayudado a otros formatos nacionales en su exportación, caso de Mi madre cocina mejor que la tuya, que Mediaset produjo en 2014 y que, pese a que en su emisión original no logró atraer el suficiente interés del público, luego se vendió a 16 países, desde Portugal a otros menos habituales como Líbano o Tailandia. De hecho, el país vecino es uno de los principales destinos de los formatos españoles, sobre todo, de ficción. Entre las series que han tenido versión portuguesa figuran, por ejemplo, Cuéntame cómo pasó, El Ministerio del Tiempo o Escenas de matrimonio. Italia es otra compradora importante de títulos nacionales, llegando a tener su propia versión hasta de Acacias 38, mientras ese honor se lo llevan, en Latinoamérica, México y Chile.
En el mercado audiovisual actual, marcado por la incertidumbre y la reducción general de producción de ficción, además de la búsqueda de adaptaciones de IPs ya conocidas para minimizar en lo posible los riesgos, posicionarse como un exportador de formatos potente puede resultar muy importante para la industria española. Sobre todo porque las plataformas de streaming cada vez están fomentando más su producción de unscripted, como indicaba José Velasco, presidente del Grupo iZen, que produjo para Netflix en 2021 el reality Insiders: «el entretenimiento puede ser más eficiente en costes para las plataformas que producir ficción. Por su parte, este es también un efecto de un cambio de enfoque. Ahora, el entretenimiento y los documentales son nuevas maneras de atraer diariamente la atención del usuario y, además, es una cuestión de eficacia. Los tiempos de decisión, de ejecución y de reacción son más cortos, así que la probabilidad de error es más baja que en la producción de ficción».
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