Hay cosas que ocurren siempre en los eventos del mercado audiovisual o al margen de ellos que crean más de un punto de reflexión. Por ejemplo, en el reciente Iberseries & Platino Industria de Madrid, hubo un panel muy concurrido (en realidad, la mayoría lo fueron) a cargo de Evan Shapiro, una personalidad que los conocedores de la industria se saben al dedillo, ya que ha sido ejecutivo de empresas del calibre de NBCUniversal y Participant Media, de Comcast, además de productor (Portlandia, Brick City). Al margen de la reunión, en una entrevista concedida a The Hollywood Reporter, el que se describe como el «cartógrafo del universo mediático» amplió una serie de conceptos, abogando por una alianza entre todos los grandes medios, desde las emisoras a los medios de comunicación, para poner en común los datos de que disponen. La advertencia es que si todos estos actores no unen sus fuerzas, pronto serán engullidos por la potencia de fuego desatada por empresas como Google y Meta. Con la diferencia de que estos últimos no pueden presumir de la audiencia premium de los primeros, que sólo se solapa parcialmente con la de los segundos.
Por lo tanto, no se trataría «sólo» de crear un sistema adecuado de seguimiento de audiencias y usuarios, que ahora es la condición sine qua non, sino de lograr «una colaboración radical y una transición fluida entre plataformas para el usuario mediante la creación de una interfaz y una experiencia de usuario sustancialmente mejores que las actuales». Los esfuerzos de cada empresa deben fundirse en un sistema que perfile lo mejor posible a cada usuario y le permita encontrar siempre el título que le gusta, para engancharlo durante más tiempo (en beneficio de los ingresos publicitarios) y elevar el nivel de disfrute del servicio (en beneficio del número de suscripciones). Lo que preocupa a Shapiro es que los operadores de EE.UU. no se hayan dado cuenta del todo de que YouTube es su competidor número uno, y que si siguen pensando que compiten de forma independiente, cada uno a su manera, acabarán llevándose la peor parte. En definitiva, se trataría de suscribir una especie de alianza tecnológica, una especie de Auditel de algoritmos, para transformar lo que hoy es un elemento de ventaja competitiva en un elemento compartido; y dado que el core business no es la tecnología per se sino siempre y únicamente el contenido, no habría que pensar en términos de audiencia generalizada, sino ser capaces de dialogar con el usuario como se hace en la venta al por menor. De hecho, estamos entrando a toda velocidad en el nuevo universo creado por la llegada de las SmartTVs, y a decir verdad, sigue costando creer que empresas de la talla de Netflix y Disney, pasando por Atresmedia, BBC, Mediaset, Amazon & company, estén todavía preparadas para pensar en semejante giro copernicano.
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