Que la televisión lineal sigue ocupando un espacio central en el consumo mediático de los españoles y del público europeo en general, es algo que nos confirman varios estudios e investigaciones sobre el tema. No cabe duda de que el crecimiento en el número de plataformas de streaming ha segmentado la audiencia televisiva. Y mucho. De hecho, siguen ganado importancia. Si las transmisiones televisivas han podido mantener hasta ahora su liderazgo de audiencia es por razones históricas, a saber, su amplia presencia en los hogares y, especialmente, por ser mayoritariamente gratuitas. La pregunta en boca de muchos, y a los que todos buscamos respuesta, es hasta cuándo durará su liderazgo, y qué puede hacer para preservarlo el mayor tiempo posible. Sobre todo, en un momento en el que las plataformas se muestran más y más agresivas en su ansia para captar una parte cada vez mayor de los recursos publicitarios de los anunciantes.
Las recomendaciones dirigidas a los directores de marketing de los anunciantes de marcas en el informe Global Media Landscape Report 2024 de GWI revelan aspectos interesantes. Más aún si partimos de la base de que el consumo (incluido el televisivo) está irremediablemente destinado a cambiar, y que una parte sustancial de la generación Z no ve la televisión en un día normal. De hecho, los expertos señalan que la juventud tiene una fe creciente en el ChatGPT para buscar información sobre productos. A su vez, también nos cuentan que la generación Z y la generación Alfa buscan y compran cada vez más a través de las redes sociales.
Esto significa que, si la televisión lineal quiere mantener su supremacía, y seguir nutriéndose de una importante parte de las inversiones publicitarias, tendrá que aprender a medirse con este tipo de competidores. Y tendrá que hacerlo ahora porque, si bien es cierto que la edad media del telespectador actual supera los 50 años, también lo es que las generaciones Z y Alfa van creciendo, y que habrá que estar preparados.
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